Para avanzar, múdese de nuevo a la casa de sus padres (por ahora)
Ocho consejos para que volver a mudarse a la casa de sus padres sea su oportunidad de tener éxito.
Conclusiones esenciales
✓ Establezca metas claras —y formule un plan para alcanzarlas—.
✓ Comprenda sus deudas y elabore un presupuesto que le permita acumular ahorros.
✓ Sea considerado y obedezca las reglas básicas para reducir las dificultades de la familia.
Tras años de vivir por su cuenta, la idea de volver a la casa de sus padres después de haber tenido independencia puede parecer poco atractiva. Pero bien sea por los elevados precios de la vivienda, la acumulación de deudas u otros motivos financieros o logísticos, ese camino va resultándoles más atractivo a muchas personas que habían vivido solas.
Volver con sus padres le da la oportunidad de reorganizarse y poner sus finanzas en orden. Puede ayudarle a simplificar su vida financiera y reducir la probabilidad de enterrarse más en deudas, mientras sopesa todos los costos de vivir solo.
Si bien mudarse de nuevo con sus padres puede parecer un gran retroceso, no tiene por qué implicar el fin de su independencia. Los siguientes son ocho consejos para que la mudanza sea lo más productiva posible y usted pueda independizarse más rápido.
1. Conozca sus metas y establezca un plazo para volver a mudarse
Antes de siquiera mudarse a la casa de sus padres, debería saber qué necesitará para volver a irse. Su meta podría ser ahorrar suficiente para pagar un depósito de seguridad y varios meses de alquiler, o quizá solo necesite tiempo suficiente para conseguir un trabajo con un nivel de ingresos específico. Asígnele a su meta un plazo determinado, para poder medir sus avances. Cuando ya tenga pensados su meta y su plazo, comuníqueles esa información a sus padres. Al comunicarles sus planes, les demuestra que habla en serio, y ellos podrán ayudarle a asumir su responsabilidad y apoyarlo durante todo el proceso.
2. Haga un trato con sus padres
Volver a vivir a la casa de sus padres aporta otro ingreso al presupuesto doméstico de ellos. Deje en claro por adelantado qué gastos puede cubrir. Además de determinar si pagará alquiler, podría ayudar con los comestibles o los servicios, ya sea en porcentaje o como aporte fijo mensual. De todos modos, deberá pagar los gastos fijos cuando vuelva a vivir solo. Ayudar con esos gastos es una demostración más de que está decidido a recuperar su independencia.
3. Concéntrese en cómo conseguir ingresos
Si no tiene trabajo, establezca como prioridad máxima conseguir uno, aunque eso signifique aceptar un empleo de media jornada que no piense conservar durante mucho tiempo. Cuando esté teniendo ingresos, calcule cuánto dinero le queda después de pagar impuestos, para poder basar sus planes financieros en números reales. E incluso después de haber conseguido empleo, siga buscando puestos que ofrezcan un mejor sueldo y mayor estabilidad.
4. Ataque sus deudas
Cuando esté generando ingresos, busque maneras de acelerar su recuperación financiera. Comience por establecer el orden de prioridad de sus deudas y mejorar su calificación crediticia (si es pertinente). Lo mejor puede ser abordar primero las deudas con intereses elevados y después deshacerse de las deudas con tasas de interés más bajas que pueda tener. Si sus ingresos hacen que le resulte difícil o imposible, considere la posibilidad de conseguir un segundo empleo hasta poder reducir sus deudas a un nivel manejable —o eliminarlas por completo—.
5. Acumule ahorros
Incluso mientras esté cancelando deudas, es buena idea que adquiera el hábito de separar al menos un poco de dinero para ahorrarlo. Por el momento, irá acumulando dinero para cumplir con las metas financieras que ya haya establecido. Además, hacerse la costumbre de ahorrar lo beneficiará a largo plazo. Con el tiempo, le convendrá crear un fondo para emergencias con un monto equivalente a entre tres y seis meses de gastos corrientes. Esos ahorros le brindan un seguro adicional por si vuelve a perder su independencia financiera en el futuro.
6. Elabore un presupuesto —y ajústese a él—
Sus ingresos, sus deudas y sus metas de ahorro son componentes fundamentales de su presupuesto. Si nunca preparó un presupuesto o tiene problemas para ajustarse a uno que haya creado, pida ayuda. Es posible que sus padres puedan darle consejos para reducir sus gastos y aumentar sus ahorros. También recurra a fuentes respetadas de información sobre bienestar financiero y elaboración de presupuestos.
7. Lleve pocas cosas
Mientras vivía solo, es probable que haya comprado más cosas de las que caben en su viejo dormitorio. Si sus padres no tienen suficiente espacio para que guarde todos esos objetos, considere la posibilidad de alquilar una unidad en un depósito. Y esfuércese por mantener el orden, en especial en los espacios comunes. Si lleva con usted mascotas o niños a la casa de sus padres, asegúrese de establecer expectativas antes de mudarse sobre quién estará a cargo de su cuidado —lo mejor es no suponer que cuidarán de su mascota o de sus hijos gratis—. Y si sus padres sí cuidan a sus hijos gratis, procure que el dinero que habría gastado en el cuidado de sus hijos se invierta directamente en su plan de ahorros.
8. Acuerden reglas básicas
Si quiere que sus padres lo traten como a un adulto independiente, evite recaer en costumbres que haya tenido durante la adolescencia. Tal vez sea útil considerar a sus padres como caseros que pueden tener reglas sobre volver a casa demasiado tarde por la noche o hacer fiestas. Respetar los espacios compartidos y ayudar con las tareas diarias —lavar los platos, cocinar y cuidar el jardín— ayudarán a demostrar su madurez y su ímpetu.
Por último, pero no por eso menos importante, considere este tiempo como una oportunidad de cultivar una nueva relación adulta con sus padres y crear nuevos recuerdos que disfrute durante muchos años.
Todas estas actividades contribuirán a mantenerlo concentrado en las metas y a que asuma responsabilidad por alcanzarlas, lo cual al final le devolverá su independencia financiera —y su casa propia—.
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